Gobierno Argentino se la juega sepultando los «Precios Máximos»
El cambio de rumbo hace caso a un reclamo histórico de las empresas fabricantes de alimentos, que desde hace tiempo venían reclamando el final del programa.
El Gobierno pasó de controlar 70.000 precios de productos de la canasta familiar a tener bajo el radar a sólo 70, que quedarán congelados hasta fin de año. A los que habría que añadir los 670 integrados en el programa de «Precios Cuidados», cuyos valores se revisan cada tres meses.
Así de dramático es el salto al vacío que la secretaría de Comercio dio en la tarde del martes, al dar por finalizado «Precios Máximos» -el ambicioso programa que intentó contener los precios de miles de artículos- y reemplazarlo por otro muy modesto para la Argentina inflacionada.
El cambio de rumbo hace caso a un reclamo histórico de las empresas fabricantes de alimentos, que desde hace tiempo venían reclamando el final de «Precios Máximos».
En las sucesivas reuniones que los ejecutivos de empresas venían manteniendo con Matías Kulfas y Paula Español -ministro de Desarrollo Productivo y secretaria de Comercio respectivamente-, el reclamo se repetía: en medio de una inflación acelerada y con costos en aumentos -el encarecimiento de los alimentos es un fenómeno internacional-, se hacía necesario el levantamiento de «Precios Máximos».
Desde ayer, día en que efectivamente vencía el plazo de ese programa de control, el Gobierno decidió no prorrogarlo, y fue reemplazado por otro de alcance mínimo. Lo dicho: apenas 70 productos de la canasta básica -arroz, fideos, azúcar, aceite, galletitas, mermelada-, que se encontrarán en las góndolas de los comercios barriales: almacenes y autoservicios «chinos». Los precios quedarán congelados hasta fin de año.
Para las cadenas de supermercados quedó «Precios Cuidados», unos 670 productos, cuya próxima revisión de precios será el mes que viene.
La principal duda, tras el desarme de Precios Máximos, refiere a los aumentos de precios que se verán en los productos que salen de ese programa, y que hasta ahora se encontraban bajo control.
Un verdadero salto al vacío, si se tiene en cuenta el momento actual, con el proceso inflacionario en plena aceleración.
De hecho, desde el lanzamiento de Precios Máximos -en el inicio de la pandemia, a mediados de marzo del año pasado-, el Gobierno autorizó sólamente dos subas de precios, por un total del 11%.
Sin embargo, la realidad desbordó lo que estaba escrito en los papeles. Los aumentos, en los hechos, resultaron muy superiores a los autorizados.
Hechos versus palabras
En los últimos meses quedó en evidencia que los controles de precios se habían desbordado. Un detallado relevamiento de MacroView -la consultora de Melconian & Santyángelo- resulta revelador para examinar lo sucedido con la dinámica de precios de los alimentos. Las pruebas:
Contra el 11% aprobado por Comercio en Precios Máximos, el aumento promedio acumulado entre marzo de 2020 y abril 2021 fue de 39,5%. Una diferencia de casi 30 puntos.
Entendible si se compara con el incremento promedio de los alimentos que estaban por fuera de Precios Máximos. Para ese grupo fue de 77,7% entre marzo 2020 y abril 2021. Es decir, casi 40 puntos por encima de lo que se encarecieron los productos del programa.
En este lote están la carne, que aumentó nada menos que 79,2% en esos 13 meses. Y las frutas, que lo hicieron en un 88%. Las verduras quedaron un poco por detrás, con un alza promedio del 67%.
Entre marzo del año pasado y abril último, la inflación acumuló un avance del 53,5%.
Hay algo cierto: las principales compañías ya habían encontrado la forma de «saltar» los controles. Habían puesto en marcha una verdadera estrategia de modificación en los envases o en las etiquetas, de forma tal de cambiar el còdigo de barras que identifica a cada producto.
Las grandes dudas que enfrenta el Gobierno
De ahora en más habrá dos grandes interrogantes sobre la nueva estrategia sobre los precios de los alimentos básicos.
● El primero tiene que ver con el esperable salto en los precios de los artículos que hasta ayer estuvieron en Precios Máximos. Porque si bien es cierto que ya habían empezado a «descongelarse», la diferencia con los productos que ya estaban fuera del programa es de casi 40 puntos.
Desde el sector empresario admiten que seguramente habrá retoques en los precios, de manera «paulatina». «El compromiso es que antes de subir los precios tenemos que pedir una especie de autorización en Comercio Interior», cuenta un ejecutivo a iProfesional.
● La segunda cuestión se relaciona con la probabilidad de que los productos del acuerdo no se encuentren en las góndolas. No es algo que vaya a ocurrir al principio. Pero, ¿qué ocurrirá cuando los precios del nuevo programa queden notablemente rezagados respecto de los que quedaron «libres»? ¿Podrán las empresas fabricantes asegurar la producción de los artículos más demandados?
Un empresario del sector lácteo, que acaba de sumarse a la nómina de Precios Cuidados, admite en diálogo con iProfesional que las empresas fueron «presionadas» para entrar al programa, bajo la advertencia de que si no lo harían, las exportaciones serían trabadas, como está sucediendo con la carne.
«Vamos a entregar al principio porque nos van a mirar con lupa. Pero la idea es entregar con cuentagotas. Los precios del plan están retrasados, ya desde el comienzo», cuenta el empresario lácteo.
La gran pregunta de fondo refiere a las medidas que el Gobierno puede tomar para desacelerar esta dinámica. De otra forma, este 2021 se transformará en el cuarto año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo.
Entre 2018 y 2021, los salarios perdieron 20% de poder de compra, en promedio. Lo que quedó patentado en la extensa recesión que perjudica a la economía, con el agravante de la pandemia a lo largo del año pasado.
Desde los despachos oficiales afirman que el encarecimiento de las materias primas es un fenómeno global, que excede a la Argentina. Lo cual es cierto. Pero que evidentemente perjudica más a una economía que corre con un ritmo de inflación superior al 40% anual. Está visto que las medidas de control no alcanzan.
La estrategia que el Gobierno había planteado hace algunos meses, con eje en las mesas sectoriales para tener en detalle la evolución de los costos, tampoco sirvió para ponerle freno a la preocupante dinámica.
Ahora se abre una nueva etapa. Obviamente, en pleno proceso electoral, los errores en esa estrategia pueden -para el Gobierno- costos demasiado elevados.
Fuente: América Retail