Mindful eating: qué es y cómo iniciarse
El mindful eating o alimentación consciente es una tendencia cada vez más arraigada entre las costumbres alimentarias de la sociedad. Tiene su origen en el mindfulness o conciencia plena, y al igual que esta tendencia, el mindful eating consiste en relacionarse de una manera sana y mental con la comida a través del control de la mente. Sin ser una dieta, el mindful eating pretende que cada uno sea consciente de las sensaciones fisiológicas y emocionales, es decir, aprender a sentir cuándo debemos comer por hambre o necesidad, y saber detectar cuándo estamos saciados, cuándo nuestro cuerpo ya no necesita más alimento.
En la actualidad, la mayor parte de las veces que nos llevamos algo a la boca durante el día lo hacemos guiados por diferentes estímulos como la televisión, el estrés, la publicidad, la ansiedad…, todo ello provoca que en ocasiones dejemos de centrarnos en la necesidad física de alimentarnos, ya que nos limitamos a saciar nuestras emociones, no nuestro organismo.
El mindful eating no supone una diera, sino más bien un estilo de vida que te lleva a conocer más tu propio organismo y sus necesidades, a diferenciar el hambre fisiológico del psicológico y tiene innumerables beneficios en nuestro organismo.
Cómo conseguir una alimentación consciente:
- Beber agua antes de comer: Tomar un vaso de agua antes de cada comida contribuye a reducir la ansiedad ya que aumenta la sensación de saciedad.
- Comer sentado y en un lugar tranquilo te ayudará a estar más concentrado en tu alimentación e ingerir únicamente lo necesario. Cuando estamos en un entorno ruidoso ingerimos los alimentos de manera excesiva y mal.
- No comas si no tienes hambre. Es común sentarnos alrededor de la mesa y comer por costumbre o por horario, es decir, comer por inercia sin parar a pensar si tenemos hambre o no.
- Masticar despacio saboreando los alimentos. Además de disfrutar más de la comida nos ayudará a hacer más fácil la digestión.
- Comer de todo: para comer de forma consciente es necesario prestar atención a los nutrientes que tu cuerpo necesita, es decir, comer de forma variada y de manera responsable.
- No te quedes con la sensación de tener el estómago lleno, es decir, hay que aprender a diferenciar entre estar saciado (no necesitar más comida) y estar lleno, (haber comido más de la cuenta y en muchas ocasiones sentirnos pesados e incómodos).
- Come con tranquilidad, procura ser el último en terminar tu plato. De manera involuntaria, cuando comemos rápido ingerimos más cantidad que cuando lo hacemos de una manera pausada.
Source: forbes.es